“El perro”, acción española a la americana
La película de Antonio Isasi se rodó en parte en la Dehesa de Navalvillar de Colmenar Viejo.
La programación mensual de Sala B de Filmoteca Española, ha recuperado uno de los títulos más internacionales de nuestro cine, El perro de Antonio Isasi, película rodada en buena parte en la Dehesa de Navalvillar de Colmenar Viejo, y protagonizada por Jason Miller, el célebre Padre Karras de El Exorcista.
Se trata de una de las películas de acción más exitosas del cine español, y un ejemplo más de que Antonio Isasi es uno de los directores con estilo más hollywoodense de nuestra cinematografía. Ya en su día la crítica le calificaba como “el mejor director norteamericano del cine español”.
El 26 de enero de 1978 se estrenaba en el madrileño cine Coliseum, El perro, película de acción con trasfondo de intriga política: Un evadido de una cárcel de un país dictatorial de Latinoamérica, poseedor de una importante información de la oposición/resistencia, es perseguido por campos y pueblos, y hasta llegar a la gran ciudad, por un enorme perro policial, entrenado para matar.
La película española de más coste del momento, había tenido un tortuoso proceso de producción, con año y medio de rodaje, muy complicado, iniciado en 1975. Antonio Isasi luchó como un titán para sacar adelante esta adaptación de un relato de Alberto Vázquez Figueroa, con no pocas dificultades, comenzando por el animal protagonista en sí, para el cual se usaron hasta seis canes diferentes. Rodada en inglés, con clarísima vocación internacional, se intentó que la verosimilitud fuera la tónica, cuestión que consigue la película, con no poca dureza de realización. Por ejemplo, en la secuencia de evasión en el pantano con los presos, los actores maquillados de sudor, y con los uniformes desarrapados reciclados de Papillón de Schaffner, escondían como podían las tiriteras provocadas por los diez grados bajo cero de la sierra de Madrid. El propio Jason Miller pelea con el perro, desnudo, en el Río Tajo, mientras el equipo rodaba con abrigos. Jornadas de trabajo interminables, acciones peligrosas, huelgas sindicales, y no pocos conflictos de todo tipo.
La película se rueda en Caracas, y en España, en la provincia de Guadalajara, en localizaciones de Sacedón, Zorita de los Canes, o el Embalse de Entrepeñas, así como en el Embalse de Buendía, ya en la provincia de Cuenca, y en la Comunidad de Madrid, en lugares como La Ermita de Valverde, el Embalse del Atazar, o ya en la capital, en la zona de Azca o en el actual Museo del traje.
Buena parte del metraje se rueda en la Dehesa de Navalvillar de Colmenar Viejo, ya sea una emboscada que culmina con la explosión de un helicóptero, o el decorado de la cabaña de la familia que acoge al huido. Y tienen un especial protagonismo los Estudios Tablada situados en la Dehesa, donde no sólo se ruedan decorados interiores, si no que el exterior de los propios platós en si, se convierten en la prisión militar, incluido el viejo saloon del oeste, remozado para la ocasión. Unos platós, regentados entonces por el decorador Félix Michelena, que han conocido otros rodajes como La petición de Pilar Miró, El hombre que supo amar de Miguel Picazo, Aquí huele a muerto de Álvaro Sáenz de Heredia con Martes y 13, o Vampyres de Víctor Matellano.
2.507.050 espectadores españoles fueron a ver El perro en cines aquel 1978. Y se vendió a todo el mundo. Un auténtico éxito, al que contribuyó su excelente dirección, interpretaciones, dirección y montaje, y la música de Antón García Abril.